De ahí dependen los amigos, familiares o parejas sentimentales, todo puede girar en torno a una confianza establecida por tiempo y acciones, y es cuando creemos que es bueno contar nuestras experiencias a otros, ojo, no es de hablar de otros con otros, eso es chismear, el punto es compartir las propias visiones de esta realidad con terceros.
He topado con personas que no dejan a un lado ese "yo", el que hace todo y puede todo, no importa la edad o estatus social, muchos creen que son realmente extraordinarios, o al contrario, creen que son realmente patéticos con lo que hacen y con lo que son, al final en algún momento todos quieren ser escuchados.
Se puede hablar de tristezas, alegrías, sorpresas, malas noticias o buenas, experiencias del tercer tipo, hasta de sexualidad, intimidad, o simplemente fanfarronear, pero cuando es turno de tomar la palabra nuestro escucha, tal vez ponemos una barrera de discriminación o un manto o pared que impide que entendamos por completo a esa persona, porque pensamos y conectamos lo que escuchamos con nuestras vivencias y llegamos a un juicio propio, más no a un juicio mutuo, y ese error puede ser muy común entre nosotros, lo raro es que pedimos esas opiniones y finalmente terminamos igual o peor de confundidos.
Igual deja un comentario de algo que quieras compartir, tal vez nadie lo lea, o a nadie le interese, pero lo importante es que lo compartes.